Es normal culpar al entorno social (familia, amigos, compañeros, escuela, medios de comunicación, etcétera… ) por “atacarnos” en nuestra niñez y “presionarnos” a reprimir ciertos aspectos de nosotros mismos. Es verdad que esta es la causa, pero ¿hasta qué punto se le puede exigir responsabilidades?
Este asunto es de suma importancia, pues está en la base del sufrimiento humano y, de hecho, algunas personas incluso no pueden perdonar el daño que les ha causado y se lamentan de por vida. Por tal motivo, queremos que nos aportes sabiduría al respecto.

Rey de Oros:
El entorno actúa como el Rey de Oros. Es un rey que ha logrado el éxito y así lo demuestra, manifestando su opulencia y enseñando cómo lograrlo, pues él se siente seguro de saberlo y los resultados dan fe de ello. Para conseguirlo le ha hecho falta mucha disciplina, metodología, autocontrol, confianza en sí mismo y ambiciones. Pero no es egoísta, por el contrario es generoso y sabe que lo que se da regresa recompensado. También sabe disfrutar de lo que ha conseguido y así lo hace, no tiene miedo a gastarse el dinero porque sabe que haciendo las cosas correctamente volverá a generarlo. Por tanto, es un rey equilibrado y satisfecho de sí mismo, que sabe hacer bien las cosas y por ello obtiene éxito.
Al igual que este rey, la sociedad muestra todo lo que ha logrado, que no es poco: crecimiento, abundancia, dominio… solo hay que ver cómo han cambiado las cosas desde la Edad de Piedra hasta nuestros días. La sociedad expresa satisfacción por haber resuelto la vida material y por saber cómo lograrlo.
Todas las reglas sociales van encaminadas a la obtención del éxito y, por ello, desde pequeños se nos enseñan, ya sea en el ámbito familiar, en la escuela o en cualquier otro lugar. De hecho, hemos creado muchas instituciones para ello a lo largo de la historia, como son: religiones, escuelas, leyes, etcétera… Al igual que el Rey de Oros, todos pretenden inculcarnos normas de comportamiento para asegurarnos lo mejor en la vida, pues son normas que están avaladas por la experiencia de siglos de evolución. Y como hace el Rey de Oros, para cumplir con estas normas se requiere disciplina, metodología, autocontrol, confianza en nosotros mismos y ambiciones. En definitiva, todas las características del Rey de Oros están y se intentan transmitir desde la sociedad, incluido el altruismo, el saber disfrutar de los logros, etcétera…
Resumiendo, la sociedad es un imperio que tiene la fórmula del éxito y pretende enseñárnosla para que también tengamos éxito en la vida.
La Torre:
Esta carta habla de un cambio muy radical, pues conlleva la destrucción de lo que había establecido de antes. Pero debido a su devastación deja el camino abierto para edificar una nueva etapa más acorde con el Espíritu, pues este mismo ha sido el que ha generado la destrucción, derrumbando lo que no era correcto. Por tanto, sin quitarle importancia a la tragedia que supone, es una destrucción positiva a fin de cuentas.
Aquí la torre simboliza a cada uno de nosotros. Es el castillo que hemos construido para defendernos del entorno, edificado lo más alto posible, sobre una falsa montaña, pues es de hielo, hielo que nosotros mismos hemos hecho congelando muchas de nuestras emociones para que no se expresen, y todo con el fin de estar más altos que los demás.
Entre los muros de este castillo hemos encarcelado a nuestro verdadero Ser, ese que llaman nuestro niño interior, y que no es más que nuestra Princesa y nuestro Príncipe. Sobre todo hemos confinado a nuestra Princesa, nuestro Divino Femenino, pues su loco comportamiento excéntrico e impulsivo no estaba bien visto, porque parecía inadecuado para lograr el éxito propuesto por el Rey en la carta anterior. Pero a la vez también hemos condenado a nuestro Príncipe, nuestro Divino Masculino, para que no sea cómplice de su Princesa ni revele la existencia de esta.
Así la torre se ha convertido en nuestra fachada al mundo. Es nuestra máscara, nuestro falso yo. De esta manera estamos más preparados para la carrera de ese éxito que nos enseña la sociedad. Y de paso nos sentimos mejor protegidos entre sus muros, escondidos de las miradas ajenas y de los ataques.
Pero el encarcelamiento en la torre, aunque nos haya servido para obtener ciertos logros, es cada vez más difícil de soportar. Nuestros príncipes quieren escapar para ser libres y poder vivir sus vidas, quieren poder hacer realidad sus sueños, pues han nacido para reinar. El sufrimiento que provoca nos asfixia continuamente y a duras penas podemos continuar aguantándolo.
Hasta que llega un momento en el que el Cielo hace saltar una chispa divina que termina derribando la Torre, como si de un rayo se tratara. Esta chispa trastoca nuestro inconsciente, liberando a los prisioneros de la Torre y haciéndolos caer literalmente a la tierra, pues a partir de ahora empezarán a materializarse en el mundo. Después de décadas encerrados en la prisión, salen a la luz.
Y aunque el cambio supone un dramático caos total, donde no entendemos nada de lo que está ocurriendo, no estás solo, los prisioneros liberados van acompañados de la gracia divina, representada en la carta con gotas de fuego que caen junto a ellos. Esta ayuda divina te guiará y abrirá todas las puertas que sean necesarias para garantizar el éxito del cambio. Los Príncipes antes encarcelados ahora ocupan su trono como Reyes, y son estos los que van a gobernar tu vida a partir de este momento.

Caballo de Copas Invertido:
Ahora las emociones nos manejan. Los sentimientos cambian todo el tiempo como en una montaña rusa. La sensibilidad está a flor de piel y esto de alguna manera nos incapacita. No parece haber racionalidad en este momento, la realidad se convierte en una locura, hasta el punto de cuestionárnosla profundamente.
Dentro de este caos, esta carta viene a pedir calma, pues se trata de un período de muchas novedades, confusión y dudas acerca de lo que verdaderamente está ocurriendo. La destrucción de la carta anterior es evidente y ha puesto patas arriba nuestras creencias, hasta el punto de que ahora la realidad parece pura ficción, dándonos la sensación de estar viviendo en un sueño.
Sota de Bastos Invertida:
La Sota es el aprendiz, el novato que se inicia en algo nuevo y no tiene experiencia. Al salir invertida, esta carta nos dice que intentamos poner en marcha nuevos proyectos pero no logramos que prosperen. Ponemos mucha fuerza y entusiasmo en ellos, con el convencimiento de que los logros llegarán, pero nada más comenzar vemos que no son el camino.
Parte del problema es que hemos actuado impulsivamente, sin planificación, a lo loco. Pero afortunadamente nos damos cuenta al poco de iniciar el proyecto y eso es beneficioso, porque nos ha servido para aprender de la experiencia sin haber malgastado excesivas energías y recursos.
Es un momento de duda y confusión, donde los obstáculos e inseguridades nos frenan. Pero esta carta nos dice que tenemos mucho que hacer y cambiar en nosotros. Para empezar nos dice que dejemos de atentar contra nosotros mismos y boicotearnos, y tengamos una actitud más profunda, abandonando la superficialidad. Ten confianza en tu potencial, dice. Dale más importancia al Cielo y menos a la Tierra.
Continuando con la historia de nuestros Reyes que acaban de sentarse en el trono, estos saben lo que quieren, pero su inexperiencia les impide conseguirlo.
Reina de Bastos:
Esta reina es poderosa, tiene mucha fuerza, alegría y entusiasmo por la vida. Es muy intuitiva porque está muy vinculada al misterio, lo cual se representa con el gato negro en la carta.
Se trata de una reina dominante y decidida, que no teme a nada ni a nadie, ni cede ante los desafíos, porque ella tiene una idea en mente para llevar a cabo y no se detendrá hasta lograrlo.
Ella es una líder independiente que le gusta llevar las riendas de su vida, sin depender de los demás.
Esta carta habla literalmente de nuestra Reina, la Princesa liberada de la Torre. Nos dice que en este momento estamos creando nuestra propia vida, porque ahora la creatividad se desborda dentro de nosotros, y no se queda en solo una idea, sino que nos movemos hasta hacerla realidad. Nos dedicamos tan de lleno a nuestros planes y a defender nuestras ideas que podría parecer que somos egoístas, pero en cualquier caso sería un egoísmo sano.
Has aprendido que cuando quieres lograr algo lo tienes que hacer tú mismo, sin depender de los demás. Ahora tienes una vitalidad incansable que evita derrotarte ante los problemas, haciendo que estos te fortalezcan aún más. Tal energía y ánimo es contagiosa, por lo que te conviertes en un líder ideal para conducir a otros, inspirarlos y sacar de ellos lo mejor de sí mismos.
Nuestro carácter se potencia, pero a la vez esta fortaleza y seguridad en ti mismo te hace ser amable con los demás, manifestando alegría, porque reconoces el talento inmenso que reside en el fondo de nuestra alma.
Este talento te da un sexto sentido, representado por el gato de la carta, haciendo que elijas el mejor camino. Nos llenamos de optimismo y avanzamos en la dirección correcta.
Resaltas entre los demás por tu talento, el cual sorprende a todos. Y en el fondo anhelamos el reconocimiento, siendo en este caso algo sano que nos hace sentirnos realizados y valorados.
Como parte negativa, esta carta nos dice que podemos ser excesivamente obstinados cuando vamos tras una meta mucho tiempo y no vemos resultados. No somos invencibles y tenemos que aceptar y saber dejar de perseguir un objetivo cuando no es posible avanzar más. Difícilmente aceptamos un “no” por respuesta, lo cual puede llevarnos a errores que lamentaremos más tarde. Por ello debemos aprender a saber parar.
Como vemos, esta carta describe a la perfección nuestro Divino Femenino, que ha sido liberado tras muchos años ocultado, y que es lo que le da chispa a tu vida, haciendo que esta tenga sentido y valor, lo cual repercute directamente en tu autoestima.
El Mago:
La carta del Mago es de las más positivas que existen. Habla de utilizar de la mejor manera posible nuestro poder para materializar cosas en el mundo. El Mago tiene su mano derecha alzada al cielo y su mano izquierda apuntando hacia abajo, simbolizando así la realización en el mundo de la voluntad divina a través de su persona. Es más que un nexo de unión entre el Cielo y la Tierra, pues él actúa como las manos de Dios en el mundo.
El Mago es la máxima aspiración del ser humano, cuando entendemos la vida, nos conocemos a nosotros mismos y actuamos en base a ello. En ese momento te conviertes en dios o diosa de tu poder. ¿Y qué poder es ese? Pues el que te otorga tu Reina, tu Divino Femenino, junto a tu Rey, tu Divino Masculino, los cuales habitan en ti. Es tu creatividad, tu ingenio, tu habilidad, tu conocimiento, tu energía, tu gran fuerza de voluntad, tu pasión, tu virtud, tu suerte, tu empeño, tu magia… Todos puestos al servicio de tus deseos más profundos, que no son otros que los deseos de tu alma, la voluntad divina.
La carta del Mago simboliza a nuestro Rey, el Divino Masculino, representado por el color amarillo del Plexo Solar en el fondo de la carta. Él ahora trabaja en equipo con el Divino Femenino, nuestra Reina, para juntos hacer realidad la voluntad divina a través de nuestra persona en el mundo.
La Fuerza:
La carta de la Fuerza viene a complementar y reforzar lo dicho con el Mago. Habla de la persona que ha aprendido a dominarse, que es segura de sí misma y que comprende el entorno, las circunstancias y a las otras personas. Que no teme los desafíos, simplemente los afronta y resuelve con entereza y gran fuerza de voluntad.
Al igual que el Mago, la Fuerza está muy vinculada a la Divinidad, y por ello en ambas cartas se muestra el símbolo del infinito sobre sus cabezas, en este caso sobre la mujer que sujeta la cabeza al león, simbolizando esta a nuestra Reina y el león a nuestro Rey. Porque nuestro Rey ahora reconoce y valora la magia que la Divinidad ha depositado en su Reina.
Esta carta también comparte el mismo fondo amarillo con la anterior, porque la fuerza es una cualidad masculina y, por tanto, reside en el Plexo Solar, el cual también se simboliza con el león. Para los familiarizados con los chacras, probablemente ya se habrán dado cuenta de que nuestra Reina se corresponde con el segundo chacra y nuestro Rey con el tercer chacra como ya se ha dicho.
Estas dos últimas cartas vienen a decir que nuestra Reina no gobierna sola, sino que tiene un aliado, nuestro Rey, que trabaja conjuntamente con ella para poner en marcha sus proyectos y llevarlos al éxito. Porque nuestro Rey es el encargado de aportar la valentía, el coraje, la determinación y la fuerza de voluntad necesarios para materializar los deseos de nuestra Reina. Pero claro está, esto no ocurrirá hasta que él aprecie el potencial de ella, momento en el cual se sentirá lo suficientemente seguro para actuar a su favor.
Los símbolos del infinito sobre sus cabezas son sus coronas, coronas de un reino que no es de este mundo, pues ellos actúan acorde a la voluntad divina.
En la práctica, es la representación de quién vive alineado con el Universo, en conciencia con el Espíritu y el propósito que este le ha otorgado, sintiéndose uno con el Todo y a la vez con total independencia en el Mundo.
As de Espadas:
El As de Espadas es una carta que simboliza un nuevo comienzo, una nueva vida, y además es muy positivo, por lo que augura prosperidad. Al tratarse de espadas, nos habla del intelecto y sobre todo de la claridad mental, de la lucidez, de la comprensión total de todo el panorama en general. Las dudas, las preocupaciones y los miedos se despejan y ahora podemos actuar sin temores, con total comprensión, porque ahora tenemos un nuevo punto de vista. Vemos las cosas con optimismo y esto nos lleva a la meta sin vacilaciones.
Esta carta aparece aquí para confirmar todo lo anterior y garantizarte la prosperidad.
La espada representa un gran poder que abre camino destruyendo todo lo que se interponga a su paso. Esto nos da una idea del potencial de avance imparable que tenemos en este momento. Ahora nada ni nadie te detendrá. Y es que cuando nuestra Reina y nuestro Rey toman el poder somos imparables, la vida nos cambia por completo, el optimismo domina y la prosperidad se hace presente.
Cinco de Oros:
Esta última carta viene para recordarnos que la ayuda siempre está ahí. De nosotros depende acogerla o no. Al igual que estos mendigos representados en la carta, que aún no teniendo ni siquiera un lugar para refugiarse de la nieve y estando lisiados, pasan de largo por delante de la iglesia, rechazando su ayuda, así solemos actuar también nosotros. Creemos que podemos solos, que tenemos el control, que no necesitamos ayuda…
La ayuda divina solo espera a que te rindas y la aceptes, que reconozcas tus debilidades y que no puedes controlarlo todo. Porque solo rindiéndote esta intervendrá. Mientras no lo hagamos nuestros Príncipes seguirán encarcelados y continuaremos sufriendo injustamente.
Posición de las Cartas:
Si analizamos la posición numérica que ocupa cada carta también obtenemos una información muy valiosa. A continuación se explica el significado de cada número y su relación con la carta que lo ocupa:
- El Todo:
El uno simboliza la totalidad y los comienzos. Es la etapa en la que comenzamos nuestra andadura terrenal, la etapa en la que aspiramos a ser parte del todo, del mundo, de la sociedad, de la familia, de la comunidad… Todos nuestros esfuerzos van en este sentido, todos nuestros pensamientos se destinan al afán de pertenencia. Nos preocupa el caer bien, la estética, el qué dirán… Nuestro foco de atención está puesto en la integración social, siendo ese nuestro estado de conciencia en todo momento. Es decir, en esta etapa solo somos conscientes del mundo físico, vivimos por y para este, sin más. En nuestra lectura esto se representa con el Rey de Oros, que como ya vimos, aquí simboliza a la sociedad. - La Dualidad:
El dos representa la dualidad. En esta etapa nos hacemos conscientes de la
dualidad en la que vivimos. Ahora aceptamos que además del mundo físico también
está el mundo espiritual y, sobre todo, que además de querer ser el ideal social
también queremos ser nosotros mismos. La lucha interna que siempre ha existido en
nosotros de manera oculta ahora sale a la luz y se hace evidente. Tomamos
conciencia de la dualidad existente entre quien aparentamos ser y quien
verdaderamente somos. La carta de la Torre explica muy bien esta dualidad y dicho
conflicto interno. - El Cielo:
El número tres se asocia a lo Celestial. La carta que nos salió en esta posición es el Caballo de Copas Invertido y nos decía que en ese momento estamos viviendo en las nubes, en el Cielo, incluso nos cuestionamos la existencia física, porque en esa etapa vemos clara la realidad espiritual pero, por el contrario, vemos la vida terrenal como una especie de ficción, lo cual nos hace dudar de la realidad. - La Tierra:
El número cuatro representa a la Tierra, los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos… En esta posición nos salió la Sota de Bastos Invertida, que nos está diciendo que estamos intentando materializar cosas a lo loco. Esta es la fase en la que bajamos del Cielo de la carta anterior, volviendo a la Tierra como un nuevo Ser, con una nueva conciencia, e intentamos hacer realidad nuestro propósito de vida sea como sea, sin pensarlo mucho, y lo intentamos y reintentamos de mil maneras, pero parece que fracasamos en todas. Es como las golondrinas cuando llegan en primavera, que vuelan a lo loco intentando establecer sus nidos en todos los huecos y salientes que ven en las paredes, sin pararse a pensar. Pero no importa fallar una y otra vez, porque el ímpetu de éxito no decae y el fracaso no tiene cabida en esta fase. Simplemente estamos poniendo en práctica el método de ensayo y error, hasta que acertemos, y a la vez estamos aprendiendo de la experiencia. Es lo que hacen las golondrinas y siempre acaban teniendo éxito. De hecho, el método de ensayo y error es el que rige a la naturaleza, todo el Universo evoluciona gracias a este método, por lo que no debe extrañarnos que nosotros también lo usemos en esta fase, pues nunca debes olvidar que eres parte de la naturaleza, de la creación divina, y no estás aquí por azar, si no por mandato divino. - Fluye:
El cinco se asocia con la fluidez, el avance, el cambio, la superación de las limitaciones… Ahora la golondrina ha conseguido establecer su nido, porque ha encontrado el saliente ideal para ella. En quinto lugar nos salió la Reina de Bastos, que nos habla de materializar nuestros sueños con decisión y coraje. En este momento sí que fluimos, las limitaciones se superan y nuestro avance es imparable. - La Imperfección:
Al siete se le atribuye la perfección, por tanto, al seis se le asocia con la imperfección porque aún le falta para llegar al siete. Aquí nos salió el Mago, la persona que usa el poder que la Divinidad le ha entregado. Pero para que ese poder se utilice correctamente el Mago deberá poseer algo más que poder y hasta que no lo consiga será un Mago imperfecto. - La Perfección:
El siete es la suma del tres y el cuatro, o lo que es lo mismo, la unión del Cielo y la Tierra. Por ello simboliza la perfección. En esta posición tenemos a la carta de la Fuerza, la cual complementa al Mago otorgándole seguridad en sí mismo. De esta manera el Mago actuará correctamente, pues al haber dejado atrás sus miedos no trabajará para su ego, convirtiéndose así en el Mago perfecto que trabaja por el bien del Mundo, ofreciendo sus servicios por y para el Mundo. - La Prosperidad:
El ocho va más allá de la perfección del siete. Simboliza la superación, la abundancia y la prosperidad, lo cual coincide con lo expresado por el As de Espadas que salió en este lugar. Una vez que nos convertimos en magos perfectos, osea sin miedos, solo cabe esperar una nueva vida de abundancia y prosperidad. - El Cierre:
El nueve, al ser el último número, simboliza los finales, que no son más que los comienzos de algo nuevo, pues nada desaparece, sino que cambia a otra cosa. En esta posición nos salió la carta del Cinco de Oros, que nos dice que en nuestra mano está poner punto y final al sufrimiento y, consecuentemente, iniciar una nueva etapa de prosperidad.
Recapitulando, la pregunta que generó esta lectura era ¿hasta qué punto se le puede exigir responsabilidad al entorno social por nuestro sufrimiento? Y la respuesta se completa en la última carta, tras una detallada explicación sobre la sociedad, nosotros y el sentido de la vida.
El proceso descrito coincide con lo que se conoce como despertar espiritual seguido de lo que llaman iluminación. Un viaje de transformación que da sentido a nuestras vidas y nos completa como seres humanos. Una transición hacia una conciencia más abierta, narrada etapa a etapa por cada carta, y que nos lleva a tener una visión más elevada del Mundo, desde la que podemos comprenderlo todo.

¿Se le puede exigir responsabilidad a una piedra por hacernos tropezar? Sólo hay una persona que puede liberar a nuestros Príncipes y es la misma que los encarceló.